A veces los malos recuerdos son difíciles de olvidar, de alguna loca manera la memoria se empeña en revivirlos aún cuando te esfuerces por lo contrario. Ayun tenía una buena y tranquila vida, procuraba no pensar en su pasado, quería pensar que si vida inicio, desde el día que escapó de casa. Pero a pesar de los esfuerzos que hagas la maldad es un hecho inherente que siempre abre sus fauces y te traga, si no tienes cuidado. Khal amaba a Ayun, a pesar de lo poco receptivo que era el chico. Por eso cuando el niño se cerró por completo a hablar de su pasado y tras aquella carta, Khal supo que era momento de forzar a Ayun a enfrentar el pasado.