-¿Quién eres tu?- Me encojo de hombros. -¿A caso importa?- Harry me mira directamente, es complicado aguantarle la mirada a esos ojos verdes. -Importa. -Soy Atenea. -¡Eso no explica nada!- Me vuelvo a encoger de hombros. Noto como Harry se empieza a enfadar. -No hay nada que explicar. Harry suspira y sacude la cabeza negativamente. Yo me acomodo mejor en su sillón. Tendré que inventarme alguna escusa para justificar el echo de que este en su casa, pero por ahora, estoy aquí. Y eso si que importa. Voy a custodiar a este humano tan bien, que en menos de un mes terrestre estare de vuelta al cielo. Estoy segura, volveré a casa.