Estoy atrapada, no solamente por las dos mafias en cuestión, sino por un componente que corre por mi sangre, una maldita cosa creada por Aaron Markov, mi tío. Ahora soy como una especie de arma en la cual va más allá de lo convencional, soy un peón, no puedo tomar mis propias decisiones. Estoy apegada a él y cada día siento la preocupación que me consume, soy como un maldito trofeo, algo que todo quieren poseer pero nadie se pregunta que deseo yo. Están jugando mi cuerpo, mi vida, no puedo separarme de lo que poseo porque puede acabar con ello. Toda la información que había fue a parar a la tumba, todo lo que queda son piezas sueltas qué no tienen ningún tipo de sentido. Mi futuro pende de un hilo, entre alianzas forzadas y chantajes, mientras mi propia familia decide si valgo más como persona o como un objeto de poder.