Nuestro corazón dice, pero la mente lo reprocha, el corazón solo quiere sentir, pero la mente solo quiere sobrevivir a las decisiones indecisas del corazón. A veces, nos encontramos en un limbo, porque no podemos saber a quién de los dos escuchar, entonces entramos en una contante ansiedad. No sabemos que sentir, ya que nuestro corazón no sabe que transmitir. Muchos sentimientos son expresados, otros no se pueden expresar, aunque pases noches sobre pensando. Pero, por sobre pensar, e imaginar, es que pude lograr adaptar en escritos lo que mi mente y corazón, y quizás también los tuyos, no pudieron controlar.