«En el lienzo de la vida, la sangre es tinta oscura,
La desesperación es el pincel que traza su ruta.
El corazón, un paleta de emociones en conflicto,
La pintura del alma, un cuadro de un mundo adicto.
Bajo el manto de la noche, el viento lleva el lamento,
Cada gota de sangre es un grito en el viento.
La tinta demoníaca hambrienta espera su papel,
Para teñir las sombras y despertar lo cruel.
Cruza el umbral, sella el pacto en la penumbra,
Donde la sangre y la tinta bailan en rumba.
Desesperación y arte se entrelazan con pasión,
En el juego de la deidad, nace un nuevo son.
Pero recuerda, mortal, que la sangre es doble filo,
La tinta puede liberar lo oculto, el instinto sigiloso.
La desesperación puede convertirse en tu arte,
O devorarte por completo, rompiendo cualquier parte...»
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