Por primera vez en su vida, el siempre despiadado y temible jefe yakuza Bokuto Koutarou está dispuesto a ser la presa de alguien. Está dispuesto a ser devorado por completo por la zorra de cabello negro que actualmente está subiendo y bajando ese poste con ese cuerpo pecaminoso suyo. Koutarou no puede evitar imaginar ese cuerpo pegado al suyo, todo desnudo y sudoroso, mientras observa al hermoso muñeco bailar en el escenario.