Dicen que los amores de verano duran solo los meses de sol, de atardeceres en la playa, y de salir a bailar hasta que salga el sol.
Cuando sales de esa burbuja de verano, y vuelves a tu vida normal lo olvidas todo, los amoríos, el desfarre....
Pero que ocurre cuando conectas muchísimo con una persona, vives un verano muy intenso, pero te tienes que volver a tu ciudad, a 600 km, pero ni aún con esa distancia puedes olvidarte del chico con el que has pasado una semana en tu sitio de vacaciones.
Esta es mi historia, en la cual un amorío tonto de verano se acabo convirtiendo en amor de invierno, y lo más importante, en un amor prohibido.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.