Trípoli (Libia), 14 de febrero, 1941 De: S. L. Para: quien sea que lea esto ¿Qué debo hacer cuándo te das cuenta de qué existe una conexión significativa por ese alguien especial? Bueno, es muy ambigua esa pregunta; para alguien más puede ser tan sencillo que parece un insulto. La respuesta sería confesarme y solo esperar la respuesta. En mi caso no es tan fácil. Incluso si eso me hace feliz, prefiero negar y no expresar mis sentimientos por esa persona. ¿Por qué? Hay muchas razones: el momento, la época, hay tantos obstáculos que no es necesario repetírmelo, me he resignado ante la indudable realidad. Pero a veces me permito ser egoísta y soñar despierto. No lo puedo evitar, al final me veo superado emocionalmente; darme cuenta de que pase lo que pase siempre estaré a su lado, no importa como, ya que algo es inevitable y es que existe un vínculo entre nosotros. Si algo me ha enseñado la vida, es que las experiencias son efímeras, aunque, me encantaría que fueran todo lo contrario. Aun así, se hace evidente una cosa; a pesar de las malas experiencias, todo lo experimentado es verdaderamente vida y no solamente una vida perdida. Puede que no sea lo que tenía planeado en mi vida, vaya que fue una sorpresa, pero me alegra que lo haya encontrado. No me arrepiento, y si pudiera pedir algo, sería encontrarlo en una próxima vida. Atte. Schneider Leopold
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