Negro. Marrón. Verde. Azúl. Gris. Rojo. Violeta. Blanco. Un color diferente, un pueblo diferente. No importa de qué color sean tus ojos. No importa de dónde sean tus padres. No importan ni tus sueños, tus esperanzas o tus anhelos. Todos estamos condenados por algo tan simple como el color de nuestros iris. Quizá dos de nosotros puedan marcar la diferencia... Quizá puedan destruirnos.