Era se una vez una adolescente, atrapada en una espiral de sentimientos negativos gracias a sus acciones pasadas, pensamientos y miedos. Bienvenida sea la ansiedad le dijo la vida, a ello decidió sumarse las incertidumbres de como debía de sobrellevar las situaciones o gestionar las emociones y de ahí, ella decidió coger a la vida con las manos y enfrentarse a ella. Emma hacía un año y medio que había iniciado una relación romántica con su mejor amigo Jake. Sin embargo, después de los 6 primeros meses de la relación, Emma empezó a experimentar infinidad de pensamientos intrusivos, además de una preocupación excesiva y obsesiva en torno a la relación. Por primera vez Emma sintió la ansiedad. Esos pensamientos, miedos y preocupaciones aumentaron a lo largo de la relación, haciendo que el afecto de Jake hacia Emma se estuviera deteriorando. Al final decidieron darse aquello a lo que muchas parejas les causa pavor: un tiempo. Un tiempo sincero y respetable para los dos. Finalmente, la pareja volvió, pero durante ese tiempo algo había cambiado en Emma sentía que su cabeza se estaba apoderando de ella y que poco a poco dejaba de ser racional. Ella seguía intentando escabullirse de la exhausta ansiedad hacia su relación y a la vida... Pero sus pensamientos irracionales se hacían más y más fuertes hasta que un día, sucumbió a ellos...