Ser padre soltero y recién divorciado le complica el trabajo a Cillian. Los llamados al set de grabación de su nueva película exigen su presencia gran parte de su día. Por lo tanto, al no poder dejar a su pequeño de 6 años en casa, se ve obligado a llevarlo al estudio. A sabiendas de que es un distractor, su coprotagonista se ofrece a darle una mano.