Lilith Eastwood está decidida: Va a vengar la muerte de sus padres, atrapar a ese cabrón que los mató era su propósito, y tras ello, hacer que su corazón dejase de latir. No estaba dispuesta a dejar el asunto pasar, llorar abrazada a Floyd y esas estupideces, ella pensaba tomar las riendas del asunto. Por su parte, Zain -Zayn- Malik no sale de su rutina: Seguir las órdenes de Tyson, su jefe, matando a aquel que estuviese en su lista sin importar los motivos. Le pagan por acabar con la vida de otros, quizá no es el mejor trabajo del mundo, pero es algo que sabe hacer. Además, tiene sus motivos para hacer lo que hace, uno no se hace asesino a sueldo por gusto. Lilith no tiene ni idea de en qué se está metiendo, Zayn en un principio tampoco tiene intención de ayudarla. Y es que cuando se cruzan los caminos de estos dos individuos tan particulares, sus propios mundos se ponen patas arriba, rompiéndose los esquemas el uno al otro. A veces se pierde, a veces se gana... Y ellos no saben qué pasará, pero sin darse cuenta, han comprado todas las papeletas para perder.
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