Solo los que han caído a ese abismo saben de lo que hablo, saben lo que es que te duela como si fuera una antigua lesión que no se ha curado correctamente. Cicatrizas y sigues adelante, más fuerte, más astuto que antes, pero con más cautela, con más rabia. Todo aquello por lo que has pisado y creías que acabaría contigo no ha hecho más que impulsarte a algo que ansiabas. Crees que no ha sido tanto el daño hasta que echas un vistazo atrás y te das cuenta de cuan curtido estás, el monstruo sediento de más en el que te has convertido... y aunque las heridas que parecían cerradas vuelvan a escocer como el primer momento, sabes que puedes con ello y más, porque has comprobado de primera mano que puedes, porque a día de hoy puedes gritar con orgullo que eres un superviviente.