En un pequeño pueblo llamado Armonía, la danza era el núcleo de todas las celebraciones. Cada año, se llevaba a cabo el Festival de Primavera, donde grupos de danza presentaban meticulosas coreografías ensayadas durante meses. Sin embargo, Clara, una joven bailarina, siempre sintió que algo faltaba. Aunque amaba la danza, las estructuras rígidas la hacían sentir atrapada.