𝐏𝐚𝐝𝐫𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐞 𝐇𝐢𝐣𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨 ||𝐒𝐎𝐍𝐀𝐃𝐎𝐖
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Nicolas, conocido como Sonic por su rapidez al hablar y su eterna sonrisa descarada, es un universitario de 22 años que divide su tiempo entre clases de diseño y conciertos clandestinos. Su mundo, lleno de colores y ruido, se fractura el día que su madre Laura -una arquitecta de voz suave y sonrisa cansada- anuncia que ha encontrado "a alguien".
Ese alguien resulta ser Shadow: un hombre de 32 años, alto, con las manos marcadas por cicatrices de taller y una expresión impenetrable. Viste siempre de negro, como si llevara luto por algo que nadie conoce. Su primer encuentro es incómodo: Shadow le estrecha la mano con un apretón que duele y murmura "No soy bueno con los niños", lo que hace a Sonic reírse nerviosamente. "Yo tampoco", responde, sintiendo cómo el pulso se le acelera.
La convivencia comienza con reglas simples: Shadow trabaja de noche, así que solo coinciden en las mañanas. Pero Sonic empieza a buscarlo: deja el café demasiado dulce para que él se queje, "olvida" la toalla en el baño después de ducharse, incluso finge quedarse dormido en el sofá para que Shadow lo cubra con una manta. Cada gesto es una excusa para tocarse sin querer.
El diario de Sonic se llena de confesiones:
"-Hoy me pilló mirando cómo se sube las mangas al lavar los platos. Esos brazos... Dios. Me preguntó si estaba bien y le dije que sí, pero mi voz sonó rara. Creo que lo sabe. ¿Y si lo sabe?"
Hasta que un día... Shadow encontró el diario de Sonic, leyendo todo lo que contenía, despertando no solo sus ganas de cogerselo, si no enamorándose más de él cobalto.
Conforme pasan los días, el ambiente en el hogar comenzó a tensarse un poco para Shadow y Nicolas, pero a la vista de Rosanly todo andaba de maravilla y con tranquilidad. Sin saber lo que estaba pasando.
A veces, la vida nos sorprende con sus jugadas tanto crueles como buenas, ¿cierto?
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