- ¿Por qué le haces creer a la gente que eres mala? - me pregunta una voz conocida, pero muy irritante.
- Porque lo soy. - digo, todavía de espalda.
- No lo eres, solo es una máscara que usas para que nadie se acerque a ti.
Sentí cada paso que daba, hasta tenerlo detrás de mi, con su aliento mentolado chocando mi piel.
- Puede ser, - me volteo, para encontrarme con esos hermosos ojos verdes que penetraban en mi alma. - pero me ha estado fallando últimamente, - ya que estábamos muy cerca, doy un paso adelante para tenerlo más pegado a mí. - porque tú todavía sigues aquí de pesado, cómo un parásito que nadie quiere.
- Tal vez, porque quiero conocerte. - me dice, con una sonrisa en sus labios.
Coloca una mano en mi pequeña cintura, atrayendome más a su piel. Con precaución, coloco mis manos en su pecho. Estamos tan cerca, que con solo un leve empujón, podemos besarnos.
- El problema de conocerme, es que te terminará gustando lo que descubras, y esa será tu condena, la que pagarás con sangre.
- No me importará sangrar, si tu eres la causante de las heridas.
Me muerdo el labio inconscientemente y el me observa con determinación, haciendo que quiera besarlo.
- Disfrutaré ver cómo te hago sufrir.
- Disfrutaré ver cómo terminas loca por mí.
Él es el único peligro presente cuando está cerca .
Ella es su tentación.
Él es un indiscutible error .
El señor de la oscuridad en Nueva York , el único que puede mostrarte que es el temor con tan solo una mirada .
Nadie nunca a logrado domar su corazón tan negro como la misma noche , él no tiene ningún tipo de remordimiento por nadie , no le importa nadie con tal de seguir en el poder .
Hasta que llega ella .
Que lo hace cambiar no tan solo de idea sino que lo hace mirar más allá de la lujuria .
Inicio de publicación 29_9_2024