Siempre fuí toda una consentida, no me interesaba ningun hombre, siempre fuí muy independiente y de carácter duro.
Todo lo contrario a mi madre, siempre fue una.... Cómo decirlo prostituta, siempre llegaba con hombres diferentes a nuestra casa, ella no tenía ninguna atracción por alguno. O eso creí, hasta que llegó un hombre, siempre mayor que ella, pero ese hombre no venía solo venía acompañado de sus hijos pero uno de ellos era Alto, un cuerpo trabajado, y muy atractivo, tenía rastas en su cabeza, adornadas con un pañuelo y una gorra. Y ese chico, era Tom Kaulitz.