Las historias y novelas contienen en algún momento esa esencia de la ficción, si lo diré yo, que muchas veces me sentí en uno de ellos esperando un final feliz para mí, o en este caso lo que queda de mí, que es mi alma y consciencia. No tuve la mejor historia, sin embargo tuve una, de cómo un jóven fue arrebatado en una realidad que ya no le pertenecía más, con una vida por delante, una salud y propósito la cual parecía ser pertinente. El resentimiento no me desprende de mi vida pasada, y no pude hacer nada para evitar lo inevitable sabiendo que no tenía oportunidad para cambiar mi destino. Perdí más de lo que pueda contar, o en realidad nunca me perteneció porque todo esto es un privilegio momentáneo que se me presta, y cuando llega la hora es cuando no le debo nada a la vida sabiendo que todo me lo prestó.
No fui alguien que importe en realidad, no pude demostrar y expresarme ya que el tiempo se me acabó, sin embargo puedo contar todo lo que en mi vida pude experimentar tanto pasada como futura, y hablar de esto sonará como una telenovela o una película de terror, no obstante por un momento yo también creí eso ya que estaba realmente desesperado por no recibir lo que pretendía. Ahora que mis padres y mi familia no están conmigo el último propósito que tuve fue escuchar lo que quedaba de mi corazón, aunque esto me lleve a mi segunda muerte.
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