Beatriz Pinzón ojeaba, mientras trabajaba unos papeles con una sonrisa. La música, -pensó- la música era la que llenaba sus sentidos. La que la transportaba a otra dimensión, otro mundo, que sólo se encontraba ella, era su pasión, su medicina ante todo problema que se le avecinaba, en ella se podía perder largas y largas horas. Escuchando y escribiendo todo a lo que su mente venia
La música, en especial ésta la cambiaba de mundo, las letras, las frases resonaban en su mente. Tomó un bolígrafo y empezó a escribir algunas palabras que sonaban en su cabeza.
"Que forma de sonreír que me hipnotiza
Tus labios suaves, gruesos o delgados
Esos que son testigos de tu bella sonrisa
Ya ni sé, tantas veces que los he visto y anhelado
Que llevo la figura grabada en mi mente cual recuerdo maravilloso
Como tatuaje en el alma, como el rocío a la mañana
Indispensable para mi vida,
El rozarlos junto con mis labios
Mi más grande fantasía tu sonrisa
Tan atrapante y que me llena de alegría el verte
Es mi delirio el desear besar tus labios
Mi cruel desdicha el que tu mirar
Observe mis labios con profundo deseo
De que por fin caminemos juntos
Tomados de nuestras manos,
En aquel sendero en donde siempre encontraré tu sonrisa
"tú me amas y yo te amo"
¿Qué puede pasar?"