El 19 de agosto estaba nublado.

Se encuentra a punto de salir para conocer a Santiago, con quien ha estado hablando en línea durante un mes. A pesar de sentirse a gusto con su compañía, es consciente de que Santiago no es la persona que realmente le interesa. A medida que reflexiona sobre sus sentimientos y la lluvia comienza a caer, se enfrenta a sus emociones y decisiones.
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En medio de su actividad doméstica, se sumerge en una encantadora conversación a través de mensajes de texto. Su charla conduce a reflexiones personales que resuenan en los corazones de aquellos que buscan una conexión verdadera.
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Con el peso de la noche sobre sus hombros, y en medio de pensamientos que viajan a lo largo de años solitarios, encuentra consuelo en la comunicación con alguien que parece entenderlo. Mientras se acomoda en la cama, preparándose para enfrentar un nuevo día, se siente impulsado a forjar una conexión que podría transformar su vida. Con decisiones cruciales por tomar, los corazones laten al ritmo de expectativas y emociones compartidas en una historia que explora la profundidad del descubrimiento y la búsqueda de la felicidad.