--¿Cómo estás siempre tan tranquila, Anfi?
La de cabello más largo inclinó la cabeza hacia la derecha. Miró a los ojos marrones unos segundos y volvió a observar su libreta, juzgando su escrito.
Suspiró, era complicado pensar qué idea era mejor. Cada una tenía mucho potencial, su desarrollo era ligeramente diferente, pero esa diferencia podía ser crucial a la hora de escribir la historia.
--Antes de responder tu pregunta, ¿Cuál te gusta más, Nami? --cuestionó, tocando con el índice su libreta-- ¿La primera, la segunda o la tercera?
La navegante ojeó la página de la otra y volvió a fijar su mirada en los ojos violáceos.
--Cuando me las explicaste, me llamó más atención la segunda.
--Uh, interesante --sonrió la mayor, aliviada--. Gracias, cariño. Y respecto a tu pregunta: la gente de Atlantis solemos ser tranquilos y fluimos con todo como un mar en calma y los ríos que desembocan a un cuerpo de agua más grande. Es una actitud muy común que tenemos, sin embargo, el mar es cambiante y no puede ser contenido, recuerda eso --advirtió, con la curvatura en sus labios volviéndose pícara.
...
En el que Anfitrite, una de las pocas descendientes de la civilización que fue destruida décadas atrás por el Gobierno Mundial, decide dejar su huella en el mundo narrando la historia de los Mugiwara cuando vio el potencial de Luffy cuando este era solo un niño.
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.