El corazón me dio un vuelco cuando mi mente volvió hasta él. Sonreí contra la almohada sin poder evitarlo. Christian, sin darse cuenta, me había hecho sentir la felicidad y la ilusión más feroz que había sentido en mi vida. Seguía teniendo tatuados en la mente los nervios que sentía cuando estaba cerca, maldita sea, recordaba mis manos temblando cuando me cruzaba con sus ojos grises, esos que tenían una mirada intensa e implacable. Le decía a mi hermano que había pasado página con respecto a él, que lo tenía superado, pero a menudo seguía viéndole en mis sueños. Porque un amor así no podía olvidarse de un momento a otro... porque, en el fondo sabía que, probablemente, jamás sería capaz de olvidarlo. Lo que no sabía en ese momento era que no sólo podría que dejar de preocuparme por pasar página o no, sino que además él iba a regresar a mi vida, pasando como un huracán que haría que nada volviera a ser como antes.