-Te odio, -fue lo único que alcanzo a decir. -¿Por qué?, -no para de mirarme. -Por esto, por como me tienes, -mi respiración estaba agitada. Este se acerca mucho más, sus labios rozan los míos y no hago ni muevo absolutamente nada para huir de este. -Eres mía Anna, -alcanzo a sentir su aliento. -Aún no, Jack, -digo mientras lo separo de mi.