Ahí estaba el, mi misión era destruirlo, sacar a la Luz sus peores secretos, pero el me tomo presa de sus brazos, poniendo mi mundo de cabeza, convirtiéndome en una traidora más, cayendo en su juego, dándome a conocer su infierno, él era fuego, y yo solo intentaba apagar su llama, pero dicen que el que juega con fuego se quema, y eso fue lo que conseguí sumergiéndome en sus llamas, creando una condena al lado de él.All Rights Reserved