17 Bölüm Devam ediyor La primavera llegó sin pedir permiso.
Fue una de esas mañanas en que el cielo parece recién pintado, y el aire huele a promesa. Afuera, los árboles rompían su letargo, y las flores comenzaban a abrirse como si supieran algo que yo no.
El jardín, ese que tú cuidabas con manos pacientes y mirada serena, despertaba de a poco. Las mariposas volvían a rondar las hortensias, y las abejas hacían su música alrededor del limonero. Todo era igual. Todo, menos tú.
Me senté en el banco de madera que aún conserva la curva de tu cuerpo. El crujido al apoyarme fue casi un saludo, uno viejo, uno que ya no espera respuesta. Frente a mí, el rosal que plantamos juntos floreció por primera vez desde que te fuiste. Pétalos suaves, casi tímidos, con ese tono rosado que elegiste sin pensarlo mucho. Dijiste que ese color tenía "nombre de domingo".
Yo no entendí qué significaba, pero no pregunté. Nunca pregunté lo suficiente.
Apoyé la taza de café en el borde del banco. Está más frío que antes, como el mundo sin tu voz en él.
-Hoy floreció el primero -murmuré, como si eso bastara para invocarte.
Me detuve un momento, esperando... no sé qué. Un suspiro del viento. Una hoja cayendo. Tu sombra. Pero no llegó nada.
Las flores siguen naciendo, incluso en medio del vacío. Eso me desconcierta. Que la vida no se detenga por duelo. Que la belleza insista.