A Nissa nunca le había dado miedo la muerte. Incluso había tenido la tentación de dejarse atrapar por ella alguna vez, pero era demasiado desganada como para intentarlo. Sin embargo, una noche fría en la parte trasera de la floristería, una sombra la engulló. La muerte pareció concertar una cita con ella; pero no, aquella era una criatura con colmillos afilados y un hambre voraz que la desconcertó. Sumida en una parálisis temporal y devorada por las penumbras, solo fue capaz de atisbar el logo de una de las fraternidades de su universidad. ¿Había esa criatura chupado su sangre? ¿E iba a su misma universidad? Quizá su vida acababa de dar un giro interesante después de todo y debía salir en su busca. En busca de respuestas a las preguntas que no entendía y que de pronto no dejaban de aparecer.