Ajax, el plebeyo de once años, fue encontrado en un callejón.
Tartaglia, el guerrero de doce años, demostró su valía al derrotar a sus oponentes.
Childe, el príncipe de doce años y medio, fue adoptado ante la mirada de cientos de nobles y un pueblo que esperaba conocerlo.
El conjunto de esas tres identidades nunca se mostraba al mismo tiempo: para sus padres biológico era Ajax, en el palacio era Childe y para los guerreros Tartaglia.
La primera persona en conocer sus tres facetas y aceptarlo fue una pequeña de ocho años con la cara sucia, el ceño fruncido y unos ojos dorados que conocían el temor, pero lo domaban a la perfección.
― ¡Bien, pero si gano dejarás a todos en paz!
Ajax estaba emocionado, Tartaglia no quería ser amable y Childe supo que quería a esa niña.
Siete años después, no había noble en Snezhnaya que ignorara la existencia de la plebeya de ojos dorados y su inapropiada relación con el 11vo Príncipe.
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Advertencia: Diferencia de edad, falta de educación sexual, negligencia infantil (emocional), co-dependencia, sospecha de relación inapropiada entre menores (sospechas NO reales).
¿Qué pasaría si una preadolescente entrara al juego del calamar? Todos los jugadores tienen deudas, problemas, algo que los llevó ahí... pero ella no.
Nadie le dio la tarjeta, nadie pensó en reclutarla. Sin embargo, no podían sacarla.
Era demasiado tarde; ya era parte de los juegos.