Todos estamos un poco rotos. Algunos mucho más que eso, pero ¿como puedes reparar algo que jamás estuvo roto? Algunos marginados siempre estuvimos perdidos, nacimos descarriados, caminamos como todos los demás aunque nuestros pasos no hagan ruido, tal vez por eso pasamos desapercibidos.
Pero qué pasaría si te digo que a veces aunque no lo esperes aparece alguien o algo algo que cambia todo tu panorama, en mi caso fue una persona la que revolucionó mi vida, llegó como un terremoto destruyendo todo a su paso, derribando barreras, ahuyentando mis miedos, convirtiendo su desastre en una hermosa luz para mi oscuridad.
Otras personas la compararían con algún tipo de desastre natural, pero yo prefiero hacerlo con una estrella fugaz.
Porque así como llegó a mi vida, así se fue, justo como una estrella fugaz, apareció de la nada iluminando toda mi oscuridad y de la misma manera se fue, cuando pasa por tu vida hay dos cosas que son o parecen ser imposibles: volver a ser quien eras antes de conocerla y olvidarla.
Ella fue, es y será lo mejor que a mi vida llego, pero estando consciente de que todo es efímero y nada dura, por más que quise detenerla no lo logre, ella era mi estrella, aquella que bailaba en mis silencios y se enternecía por la mínima caricia de la vida, pero era una estrella demasiado fugaz.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.