Era evidente el hecho de que, ellos no son realmente buenos. Eran un poco malos con la flor, no eran buenos cuidando de ella, la dejaban mucho tiempo al sol, no le daban suficiente agua, la abandonaban durante meses, descuidando la y hasta arrancaban sus pétalos esperando que volvieran a crecer sin hacer nada para que eso sucediera, se atrevían a presumir la como la más hermosa cuando la flor lograba recuperarse pero luego la volvían a dejar, pretendieron que eran buenos jardineros. Pero la verdad era distinta. La flor no estaba en buenas condiciones, fue mal cuidada y se le dejó en ruinas tantas veces que ya no tenía la misma belleza, sus pétalos dejaron de crecer le aún cuando el cuidado se mejoraba, su color ya no era radiante, ahora se mantenía más apagado y oscuro, ni siquiera podía sonreir. Sin embargo, estaba acostumbrado, por lo que todo estuvo bien. Por supuesto que la pequeña flor medio huyo, medio caminó por la tierra, escondiendose debajo para que nadie pudiera verla, antes de regresar a su hogar, pero de nuevo, todo estaba bien. ¡Realmente si! Bueno... nadie se había reído esta vez, al menos. Solo había sido una broma. Eso fue todo. No hay motivo para que se ponga tan mal al respecto pero ella sabía que lentamente se esta muriendo, no paro de llorar mientras sus pétalos se caian, por que se esta marchitando, sus hojas, sus sueños, sus pistilos risueños, no importa el lindo florero que tenía, no dejaba de ser una jaula su presente, pero es que la quieren, no querían dejarla ir. Asi que cuando se tiñó de colores apagados se arriesgaron a robar el campo. Ellos lo sienten, pero a veces arrepentirse no es suficiente. Y ahora, sienten con pena la culpa de esta muerte anunciada, cruel y despiadada que acongoja a su flor por qué puede que su flor les haya robado el aliento, pero ellos le robaron la vida. ━Reescrito de mi anterior libro: La flor marchita del paisaje...
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