La sociedad contemporánea se hallaba dividida en dos especies distintas: los humanos y los licántropos. Sin embargo, los humanos vivían en un desconocimiento parcial de la existencia de los segundos. Los licántropos habían subsistido durante siglos en la sombra, aislados de los humanos y mezclados entre ellos, ocultando su verdadera naturaleza bajo un manto de anonimato. Revelar su condición podía significar la caza, persecución y desmembramiento a manos de los humanos que conocían su existencia, los temidos cazadores.