Querido, Nic. No estoy escribiéndote una carta. Solo quiero hacer drama y hablarte como en las películas. Estoy mirando al cielo nocturno, medio gris por la lluvia. Soñé contigo y te he pensado todo el día. Soñé que eras libre y me buscabas, pero como es usual, siempre había algo que nos impedía llegar al otro. También te extraño y me siento ridícula por eso. No sé qué es lo que extraño si "no nos conocemos". Quizá te extraño porque, pensarte me hace revivir célula por célula la felicidad que fue el conocer un universo de posibilidades y de sueños nuevos solo por verte. Y a cambio de ello, deseo todas las veces que estés siendo feliz.