En el momento en que el Tridente de Poseidón lo golpeó, Adamas pensó que estaba muerto. No..... Él está muerto. Adamas sabía que había muerto pero ¿cómo es que todavía estaba en pie? Miró a su alrededor y comprendió dónde estaba. El cielo negro como boca de lobo, el denso miasma que era tan denso que incluso podría afectar a un dios como él y esas criaturas asquerosamente gigantescas que tenían la lengua lamiéndose la boca y la saliva babeando, con los ojos puestos en él, mirándolo como si fuera comida. Reconoció a estas criaturas, eran criaturas hechas para comerse a los dioses. Las criaturas que tienen la capacidad de matar dioses y dioses de bajo nivel no tendrían ninguna posibilidad de luchar contra ellos. Adamas se rió entre dientes, con su sonrisa plasmada en su rostro. "Ahhh~ entonces me llevaron al infierno"