Estaba apunto de dormir cuando escuché un ruido, parecía que algo se hubiera caído. Alguien había entrado a casa. Con miedo en toda mi sangre tomé el valor para ir hacia la cocina en silencio y agarrar un cuchillo. Me dirigía hacía aquella habitación dónde había escuchando el ruido, era muy tarde para acobardarme cuando mi mano giro la perilla de la puerta para finalmente verlo. -¡¿Quien eres tú?!