Los lobos le lloran a la luna, pidiéndo que los guíe por la vida y que les de la fuerza para poder continuar. La diosa luna obra de forma misteriosa, pero siempre trata de cumplir con las promesas de sus hijos. Los vampiros veneran a la diosa luna, pero en su corazón seco y frío, únicamente cabe el deseo de gobernar sobre otras especies. La diosa luna no está dispuesta a soportar el egoísmo de los vampiros y ocupara a sus hijos más leales para encargarse de ellos.
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