A Ango no le gustan los problemas. Irónicamente, siempre termina atrayéndolos. Cuando encuentra a un pequeño niño, ahora desamparado luego del conflicto armado en el que se involucró, aunque sabe que significará un gran problema no puede abandonarlo. Un niño pequeño significa más problemas de los que realmente hubiera pensado y cuando cree que no podrá solo, decide recurrir (o de una vez regalárselo) a Oda, el coleccionista de huérfanos.
4 parts