Lo primero que dijo el millonario Wade Harrison al despertar tras el transplante de corazón, fue: 《Dale un abrazo a mis hijos》. Pero él no tenía hijos. Convencido de que su nuevo corazón le estaba pidiendo que cuidara de los hijos del donante, Wade viajó a Tribute, Texas, para encontrar a la bella madre, Dixie McCormick.
Había algo en aquel guapo desconocido que a Dixie le resultaba familiar, así que decidió darle un trabajo en su cafetería. Cuando Wade por fin le confesó la verdad, Dixie no sabía que pensar...