Llorando a media noche un 14 de septiembre mientras estaba rogándole al universo que volvieras a amarme y pegando una foto nuestra a mi pecho, entendí que no todas las historias de amor tienen finales felices. Entonces me dispuse a plasmar en una hoja en blanco nuestra historia, no podía permitir que esta historia de amor no tuviera más testigos.
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