Debería ser un chico bueno, debería ser el típico chico al que mi padre le diera un apretón de manos amistoso y al que mi madre tratara como a uno más de sus hijos. Pero él no eres nada de eso, y aún así era perfecto. Era capaz de hacerme perder en sus ojos, de conseguir que vea sus sueños como si fueran míos, que no me importe seguirle hasta el infierno aún si eso signifique quemarme en el camino. No me importa quien dices ser, solo quien yo sé que eres. - Soy una más de tus víctimas... - No, tú eres mi cómplice, Weasley