Story cover for M de Mía | LN by caolss
M de Mía | LN
  • WpView
    Reads 5,243
  • WpVote
    Votes 579
  • WpPart
    Parts 24
  • WpView
    Reads 5,243
  • WpVote
    Votes 579
  • WpPart
    Parts 24
Ongoing, First published Sep 18, 2023
Mature
Mia siempre había huido de las relaciones y de los compromisos. Su vida, aunque marcada por una aparente libertad, estaba constantemente sometida a las presiones del mundo que la rodeaba. A pesar de su independencia, los conflictos que enfrentaba a diario la arrastraban a un laberinto de mentiras y engaños, donde parecía no encontrar una salida. 

Mia no conocía el amor, ni sabía lo que era ser verdaderamente amada. 

Pero todo cambiaría cuando un encuentro fortuito la empujara a un juego peligroso que nunca imaginó. El destino, caprichoso como siempre, tenía otros planes para ella. 

¿Qué sucede cuando el destino te empuja a comprometerte con algo que nunca quisiste?  

¿Qué ocurre cuando el corazón que deseas pertenece a alguien que no te pertenece, pero está dispuesto a hacer lo imposible para cambiarlo todo?
All Rights Reserved
Sign up to add M de Mía | LN to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 9
꧁𝓒𝓪𝓹𝓻𝓲𝓬𝓱𝓸𝓼𝓸 ꧂ cover
El Día Que Las Estrellas Caigan ✔ (Destinados I) cover
Arriba del podio cover
Cuando Todo Empeora [Carlos Sainz Jr] cover
Único Amor cover
Bajo la lluvia | Carlando cover
El Trato | [Chestappen] cover
La Cláusula 16 - Franco Mastantuono cover
Lluvia De mentiras | 𝓒𝓪𝓻𝓵𝓸𝓼 𝓢𝓪𝓲𝓷𝔃  cover

꧁𝓒𝓪𝓹𝓻𝓲𝓬𝓱𝓸𝓼𝓸 ꧂

22 parts Ongoing

Charles Leclerc no era alguien que viviera con arrepentimientos. Creía firmemente que, si quería hacer algo, debía hacerlo sin dudarlo, porque sin importar el resultado, siempre quedaría la experiencia. La vida era corta y él planeaba vivirla sin remordimientos. Sin embargo, mientras manejaba por las calles desiertas de Mónaco a las tres de la madrugada en busca de sushi, comenzó a cuestionarse un par de cosas. No se arrepentía en lo absoluto de haber decidido formar una familia con Carlos. Lo que sí lamentaba, quizá un poco, era haber sido tan confiado al decirle que pidiera lo que quisiera, cuando quisiera, que él se lo concedería sin importar la hora. Porque claro, su omeguita embarazado había tomado esas palabras demasiado en serio. Suspiró, tratando de ignorar el frío de la noche mientras conducía. En algún punto de su vida, entre circuitos y podios, se había imaginado noches de insomnio por nervios antes de una carrera, pero nunca pensó que sus desvelos serían por una misión culinaria de emergencia. Y aun así, ahí estaba, porque si algo tenía más grande que su orgullo era el amor que sentía por Carlos... aunque mañana definitivamente renegociarían los términos de esos antojos nocturnos.