Muchos dicen que es mejor perder un segundo de la vida que la vida en un segundo, pero hay veces en las que ni con todo el tiempo del mundo sientes que estas vivo y es justamente ese segundo y la decisión que tomes lo que lo podría cambiar, pero el precio suele ser demasiado alto y no siempre depende de nosotros el cómo y cuándo pagar. Rosella está acostumbrada al cambio y a la soledad. Desde que ha tenido uso de razón solo han sido su hermano, su madre y ella contra el mundo, sin amigos ni ninguna otra familia con la que poder contar. Por eso no debería de sorprenderle que su decimoséptimo regalo de cumpleaños no sea otro más que la maravillosa noticia de que tendrán un nuevo hogar (aunque no es como si se le pudiera llamar así al sitio en el que solo permanecerían por un par de meses antes de volverse a mudar). Pero una inesperada llamada, el incomprensible intento de secuestro y el asesinato que tuvo que presenciar serían solo el epicentro del terremoto que estaba por llegar y la inesperada aparición de un padre inexistente la punta del inmenso iceberg de mentiras que se comenzaría a rebelar. Cuando has permanecido tanto tiempo en la oscuridad de una jaula y por fin atisbas un rayo de libertad ¿te atreverías a volar? ¿Qué tanto estás dispuesto a sacrificar por las personas que amas aún sabiendo que tal vez ellos nunca conocerán la verdad?