El destino es algo realmente curioso, yo pensaba que mi vida iba a continuar con la misma rutina llena de calma que llevaba hace unos pocos años, pero no debí haberme confiado. Él llegó dispuesto a arrebatarme todo en tan solo segundos, ya no soy lo que solía ser, jamás podré volver a sentir la cálida luz del sol sobre mi piel, ni la cálida brisa en un día de verano. Fui confinada a la oscuridad. Mis instintos carnales se han vuelto más fuertes e incontrolables, cada noche debo saciar mi sed de la misma forma en que él lo hizo conmigo. Muchas noches vienen acompañadas de arrebatos de placer que me resigno a aceptar. Esta es mi nueva vida, llena de penas y un gran dolor que inunda mi pecho noche tras noche.