El expediente está abierto sobre el escritorio, con todos los detalles del caso e incluso algunas instantáneas de la escena del crimen. Los ojos sin brillo del cadáver le devuelven la mirada provocando escalofríos que recorren cada fibra nerviosa de su cuerpo. Enciende la grabadora antes de tomar una respiración irregular, su voz ronca cuando empieza a hablar. »Mi nombre es Guillermo Ochoa, detective privado. Carpeta número 53, sujeto número 1789, caso 65. Empecemos.«All Rights Reserved