Son esos pequeños momentos que hacen que la magia ocurra, momentos que nadie ve pero suceden que hacen que el amor entre dos seres sea más fuerte y crezca cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo. No importa que el viaje en si sea normal, son las cosas cotidianas, los simples actos de gentileza y amor.
Sí tu verdadero amor tiene pesadillas en la noche, ¿no le dejarías una vela encendida y te quedarías despierto hasta que se quede dormida? En el momento de más tristeza y de dolor de tu pareja, ¿te quedarías callado y solo escucharías su llanto, solo para al final abrazarla y decirle justo lo que necesita?
A eso me refiero, cosas pequeñas, simples actos, pero que logran sumar más y más cada vez.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero