Ya nada era lo mismo en el mundo mágico, y tanto Diana como Cedric eran consciente de eso. Ahora no quedaba más que estar preparados para enfrentar todo lo que se venía. -¿Me acompañas a la guerra, Cedric Diggory?- dije, ofreciéndole mi mano -te acompañaría hasta el fin del mundo, Diana Amarount