"El amor no reclama posesiones, sino libertad"
Él amaba a su chica.
Ella no se amaba ni a ella misma.
Él creía que moriría por su chica si se lo pidiera.
Ella aguantaría todo lo malo solo para que él sobreviviera.
Dicen que cada uno tiene sus demonios y la manera en la que lidiamos con ellos, es lo nos define como seres humanos, pero, ¿qué pasa cuando tienes al rey del infierno bajo tu mismo techo y a la reina de la maldad en tu corazón? Ninguno de ellos puede detener la destrucción de sus mundos, y quedarse unidos, tal vez, los lleve directo al matadero, pero tendrán que esperar a que sus deseos se fusionen o se derrumben en el intento para descubrir si realmente están destinados a estar juntos y luchar contra esos demonios de la mano.
Para él, ella era una desconocida, pero ella tuvo que abrirse a su dolor para poder entregarse a él.