El destino es caprichoso, algo de inmaduro tiene él. Los oráculos tienen por principio, que si no tomas decisiones el destino las tomará por tí, si te gusta bien pero si no está en tus planes aceptar, él lo hará por tí. Las gemas del destino están conectadas a cada uno de sus seres inmortales, llevan consigo una maldición amarrada a un alma que renace, un alma mortal. Están ligados con la luna, para que la muerte los acompañe, sin derecho a reclamar cuando ella tome lo que es suyo. No siempre tenemos a quien amamos, pero poseemos lo que deseamos.