Él sólo quiere hacerla feliz del mismo modo en el que ella le hace feliz a él. Suspira, siente que en décimas de segundo se han distanciado años luz y no sabe que hacer para arreglarlo, para hacer que ella vuelva a su lado. Pasa el dorso de su mano sobre las mejillas de ella para secar sus lágrimas y la estrecha entre sus brazos con fuerza suplicando por dentro que deje de llorar o sus fuerzas le fallaran y empezará a hacer lo mismo. Ella empieza a balbucear cosas inteligibles que él es incapaz de comprender y asustado la mece intentando tranquilizarla. No funciona y ella empieza a subir el tono de sus quejidos. - No me dejes, por favor...- Logra escuchar.