Es posible que ella sea la única cosa más bella que exista en el mundo, ya que una luz arde en esos hermosos ojos color miel. Cada noche se recrea como una bella obra de arte en mi retorcida mente. Cada noche deliro con tocar cada extensión de su cuerpo, recorrer el perfil de sus ojos, sentir el tacto de su invernal piel, en el frio de la mía, besar y perderme en la humedad de sus labios. Esa imagen y esos pensamientos son los que se repiten cada noche en mi obsesiva mente. Así que, me canse de acecharla en las sombras, quiero el júbilo que hay en ella, porque ya no tengo existencia si no la tengo por completo.