Sirius Black sigue vivo, y después de haber sobrevivido ante el ataque en el ministerio, decide traer de regreso a su única hija.
Lyra Black se crió en un orfanato, lejos de su madre, y teniendo la certeza de que su padre se encontraba en prisión.
La heredera Black detesta a sus padres por motivos diferentes, y es por eso, que a su llegada, lo único que hace, es hacerles la vida imposible a ambos, aún estando separados.
Estudiaba en Beauxbatons, tenía una vida hecha en Francia, rodeada de gente importante, lejos de la guerra. Pero su padre tomó la decisión por ella, y sin darle opción alguna, ella se ve obligada a mudarse con Sirius Black, en Gran Bretaña.
Compartiendo techo y habitación con un montón de gente vulgar, magos y brujas que se resguardan en su mansión para no morir en aquella guerra.
Isabelle, la madre de Lyra, describe a su hija como una carga, alguien que atrae los problemas por naturaleza. Y Sirius Black, está enfocado en intentar ser un buen padre, después de haberse olvidado de ella en el momento que salió de Azkaban.
Lyra le da la razón a su madre en algo, y es que ella es un imán lleno de problemas. Pues no solo ha vuelto un desastre su nuevo colegio por culpa suya, sino que también ha forjado la rivalidad entre Harry Potter, y ese chico pelinegro de cabello rizado, Mattheo Riddle.
Al parecer, ambos están interesados en probarla, indispuestos a compartirla... y Lyra no sabe decir que no al placer.
Aún así, ella sabe que terminará perdiendo. Porque al enamorarse de Mattheo Riddle, los problemas amenazan con derrumbarla.