23 de agosto del 2013.
Un fuerte estruendo aturdió al castaño y la joven, su cena de aniversario de un año se había echado a perder, más solo lamentos le dejaba, lo que fue segundos le parecieron horas al joven, un enorme charco de sangre se asomaba por una de las patas de la mesa, su sorpresa no fue del nada grata al ver a su amada en el suelo envuelta en el líquido rojo, una solitaria lagrima resbalo por su tersa mejilla y luego vinieron más acompañadas, lo único que sintió fue como unos policías lo tomaban por los brazos, uno a cada lado, pero él era inocente ¿Por qué lo tomaban? Lo cierto era que, uno, no había otro sospechoso más que él, dos su novia yacía muerta, tres él era el culpable absoluto.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.